Cuando empezamos a leer podemos encontrarnos con algunas dificultades que nos impidan hacerlo con fluidez y de forma que nos resulte agradable.
Vocalizar, leer en voz alta o moviendo los labios aunque no se oiga lo que leemos. Para eliminarla:
o Los ojos se mueven más deprisa que los labios, si no vocalizamos leeremos más rápido y con menos esfuerzo.
o Comprueba que no cometes este error. Pídele a algún compañero o familiar que te observe.
o Para suprimirla es suficiente con que te coloques un lápiz en los labios mientras lees hasta que dejes de hacerlo.
Regresiones. Volver atrás en la lectura para leer lo que ya antes se había leído. Para corregirlas:
o Proponerse no volver la vista atrás, ser consciente de que se puede hacer y evitarlo.
o Técnica del papel: con la ayuda de un papel lee cada renglón de un texto y tápalo con la hoja rápidamente, lee el siguiente y haz lo mismo. Repite el ejercicio varias veces.
Seguir la lectura con dedo o el lápiz. Si se tiene esta dificultad no se puede ser un lector veloz porque el dedo corre menos que la vista, el dedo recorta visión del texto, nos crea vicios como inclinar la cabeza o ladear el libro. Para evitarlo:
o Relaja las manos.
o Concentra tu mirada.
o Recuerda no usar el dedo siendo consciente de ello.
Subvocalizar, pronunciar mentalmente cada palabra que leemos. Para suprimirla:
o Leer lo más rápidamente posible.
o Concentrarte y poner toda la atención en lo leído.
o Tratar de descubrir, adelantarse, a las ideas del texto.
Mover la cabeza. Si cometes este error te cansarás más. Para evitarlo proponte antes de comenzar a leer un texto no moverla quedándote con esta idea y recordándola cada cierto tiempo. Si es necesario escribe un recordatorio (NO VOY A MOVER LA CABEZA ) y lo pones en tu mesa.
Cuando tengas superadas todas estas dificultades podremos empezar a trabajar la velocidad lectora y la comprensión lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario